Es el momento, el momento perfecto para ser tú.

Es el momento de gritar que eres feliz, de tirar los miedos por el balcón y sacar los malos recuerdos a la calle para que este jodido frío invernal los congele. Es el momento de plantarle cara a los problemas, de cometer errores, de tropezar, caerte y comerte el suelo. El momento de mirar a todos aquellos que hicieron que la vida fuese más puta de lo que es en realidad y dedicarles la mejor de tus sonrisas. De mirar al frente pero sin que te importe una puta mierda tu futuro, que tan solo te importe el aquí y el ahora que al fin y al cabo de esta vida no vas a salir vivo. El momento de hacer locuras, de saltarse las reglas, de acelerar y cuando vayas a doscientos por hora frenar en seco para disfrutar el paisaje. Es momento de decirle al mundo que no le temes, que has vuelto para quedarte, que esta vez no te vas a largar. Es el momento para declararte, para robarle un beso, para que te rompan el corazón, para romperlo tú, el momento de llorarle a Cupido o simplemente mandarle a tomar por culo. Es el momento idóneo, el perfecto, el mejor momento que puedes elegir para enseñar tu sonrisa más perfecta al mundo, para dar a conocer tus malditos cambios de humor, para que vean lo bipolar que eres, para que sepan lo que significa de verdad esa jodida locura tuya que te hace tan especial. Es el momento, el momento perfecto para ser tú.