A veces me preguntaba cómo serían las cosas cuando yo no estuviese aquí, me costaba imaginármelo, supongo que todos nos creemos demasiado importantes, nos parece que nuestra casa ya no puede ser la misma si no estamos para sentarnos en nuestro sillón, que el bar en el que desayunabas no va a ser el mismo si no estamos para mojar los churritos en el café. Pensamos que cuando morimos la vida se va a detener y va a hacer un alto para digerir que ya no estamos, pero no es verdad. El mundo no se para y sigue su marcha, sin nosotros. Lo único es el tamaño de tu casa, una caja de 1'8 metros de largo y medio metro de ancho, a doce palmos de profundidad, donde la humedad y las lombrices son tu única compañía...
Dicen que cuando vas a morir ves toda tu vida en un segundo, como en una película en primera fila y pantalla gigante. Te ves ganando a las canicas a tus colegas, ves a tu madre cocinando la paella de los domingos, a los amigos borrachos en la fiesta de graduación, a tu chico dormido después de vuestra primera noche. Si lo piensas es bonito dedicarle los últimos segundos a ver la película de tu vida.
Dicen que cuando vas a morir ves toda tu vida en un segundo, como en una película en primera fila y pantalla gigante. Te ves ganando a las canicas a tus colegas, ves a tu madre cocinando la paella de los domingos, a los amigos borrachos en la fiesta de graduación, a tu chico dormido después de vuestra primera noche. Si lo piensas es bonito dedicarle los últimos segundos a ver la película de tu vida.
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