Me considero una de esa clase de persona que no se rinde fácilmente pero que a la mínima se le echa el mundo encima, ese tipo de chica que no piensa lo que dice, soy alguien fácil de convencer y difícil de hacer entrar en razón. Suelo ser la que se sabe poner sin problemas en el lugar del otro, ese tipo de persona que nunca llegas a conocer del todo, y que sin querer sonríe para parecer mucho más fuerte. Una de esas personas que se despiertan pensando en que le pasará hoy. Una de esas personas que cada mañana dice 'buenos días' por muy dormida que esté. De esas personas que les cuesta poco enfadarse, pero que cuando lo hacen tienen mucha facilidad de perdonar. De esas personas que se preocupan por sus amigos. De esas personas que cuando quieren algo, lo intentan hasta no poder mas. De esas personas que intentan alegrar el día con una sonrisa. Una de esas, que no paran de hablar de ti. Que cada vez que escuchan tu nombre un escalofrío recorre su cuerpo, que cada vez que les dices algo bonito los ojos se le iluminan.

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martes, 8 de mayo de 2012

Confieso que nunca he tenido pinta de ser la típica princesa de cuento.


Nunca he aspirado a convertirme en una pierde zapatos, jamás he pensado en dormir cien años, y aunque nunca he creído apropiado entregar mi voz a nadie, he regalado todas y cada una de mis palabras. Nunca me he visto capaz de luchar por alguien, ni de enamorarme de un inmaduro Peter Pan que no quiere crecer. Pero yo sí he creído tener envenenado cada poro de mi cuerpo, y he esperado un beso que no llegó jamás cada noche al acostarme. Confieso que nunca me he sabido las coordenadas que tiene un corazón para buscarlo, y no perderme mientras le pierdo yo a él. Tampoco he aspirado a convertirme en algo más que la antiheroina de mi propia historia. No nací para perder cosas, y aún así, parece que me paso la vida buscándolas. Confieso que nunca pensé que llegaría a estar aquí, esperando a que aparezca mi hada madrina con un par de converse desgastadas, que los cristales se me rompen, o mejor aún, dejando que el teléfono suene encima de la mesa porque a mi Peter Pan, le ha dado por hacerse mayor...

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